Tomado
de: Componente Educativo. Acciones
Educativas, Asesoría y Asistencia Técnica. Gobernación de Antioquia -
Universidad de Antioquia. Contrato 4600000584 de 2013.
En Colombia aún viven personas que por
diferentes razones padecen hambre y encuentran limitantes para que se les
cumpla su derecho a una alimentación adecuada.
Ello, pese a que está comprobado que existen recursos económicos y
productivos suficientes para alimentar a todas las personas. Se considera que no es la falta de alimentos,
sino la inadecuada distribución de los mismos, asociada a condiciones de
inequidad y exclusión, lo que hoy en día nos enfrenta al reto de la superación
del hambre.
Para enfrentar este desafío y luchar por el
cumplimiento del derecho a la alimentación adecuada existe un instrumento
llamado seguridad alimentaria y nutricional (SAN). Al gestionar la SAN, se puede avanzar en el
logro de mejores condiciones de alimentación, lo cual es imprescindible para
que las personas tengan una vida activa y sana y puedan contribuir al
desarrollo (1).
De igual forma, la gestión de la SAN
contribuye a un trabajo articulado de todos los actores, pues permite, que cada
sector y entidad aporte a la solución de los problemas asociados a la
alimentación y la nutrición.
¿Por qué luchar contra el hambre y la pobreza?
En el mundo
se reconoce que para alcanzar un nivel mínimo en las condiciones de desarrollo
los países deben superar la pobreza y combatir el hambre, lo cual quedó
planteado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, promulgados en la Cumbre
del Milenio que tuvo lugar en el año 2000 y que pretende reducir a la mitad el
número de personas que padecen hambre (2).
En la lucha
contra el hambre se han trazado estrategias y establecido compromisos a nivel
mundial, como fueron la Conferencia Internacional sobre Nutrición (1992), la
Cumbre Mundial de Alimentación (1996) y la Cumbre Mundial de Alimentación:
cinco años después (2002), entre otras.
Asimismo, las Naciones Unidas exhortan a los países y sus gobiernos a
tomar medidas para garantizar a todas las personas el derecho a la alimentación
adecuada (3).
Mediante
estas estrategias y compromisos se ha logrado disminuir el número de personas
que padecen hambre en el mundo, pero infortunadamente, en el año 2012 todavía existen 868 millones
de personas que padecieron hambre crónica, según la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (4). Este problema no es ajeno a nuestro
país. En Colombia, en el 2012, seis
millones de personas padecieron hambre (4).
Lo anterior
significa que no tuvieron la posibilidad de contar con alimento“suficiente para tener la energía necesaria
que les permita desarrollar una vida activa. Su subnutrición les dificulta el
estudio, el trabajo o la práctica de cualquier actividad que requiera esfuerzo
físico. La subnutriciónes especialmente perjudicial para las mujeres y los
niños. Los niños subnutridos no crecen de forma tan rápida como los niños
saludables. Mentalmente pueden desarrollarse más despacio. El hambre constante
debilita el sistema inmunológico y les hace más vulnerables a enfermedades e
infecciones. Las madres que pasan hambre de forma continua dan a luz a bebés
débiles y con falta de peso, y ellas mismas se enfrentan a un mayor riesgo de
muerte” (4).
Todos somos
importantes en la lucha contra el hambre
y en la promoción del derecho a una alimentación adecuada para todas las
personas. Mediante el logro de una
alimentación adecuada, estamos mejorando la calidad de vida y contribuyendo al
desarrollo humano de nuestras comunidades.
Asimismo, “Estar
bien alimentado es decisivo para la
libertad y el ejercicio de otros derechos. El hambre es un atentado a la libertad, de tal magnitud, que justifica una
política activa orientada a garantizar el derecho a los alimentos”.
Que exista
seguridad alimentaria y nutricional significa el logro de“disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el
consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad
por parte de todas las personas, bajo
condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una
vida saludable y activa”(1).
Para que
haya seguridad alimentaria y nutricional se deben realizar acciones orientadas
a sus ejes (1), los cuales son:
a.
Disponibilidad de alimentos: es la cantidad de alimentos con que se cuenta a
nivel nacional, regional y local. Está relacionada con el suministro suficiente
de estos frente a los requerimientos de la población y depende fundamentalmente
de la producción y la importación. Está determinada por: la estructura
productiva (agropecuaria, agroindustrial), los sistemas de comercialización
internos y externos, los factores productivos (tierra, crédito, agua,
tecnología, recurso humano), las condiciones ecosistémicas (clima, recursos
genéticos y biodiversidad), las políticas de producción y comercio, y las
tensiones sociopolíticas (relaciones económicas, sociales y políticas entre
actores).
b. Acceso:
es la posibilidad de todas las personas de alcanzar una alimentación adecuada y
sostenible. Se refiere a los alimentos que puede obtener o comprar una familia,
una comunidad o un país. Sus determinantes básicos son el nivel de ingresos, la
condición de vulnerabilidad, las condiciones socio-geográficas, la distribución
de ingresos y activos (monetarios y no monetarios) y los precios de los
alimentos.
c. Consumo:
se refiere a los alimentos que comen las personas y está relacionado con la
selección de los mismos, las creencias, las
actitudes y las prácticas. Sus determinantes son: la cultura, los
patrones y los hábitos alimentarios, la educación alimentaria y nutricional, la
información comercial y nutricional, el nivel educativo, la publicidad, el
tamaño y la composición de la familia.
d.
Aprovechamiento o utilización biológica de los alimentos: se refiere a cómo y
cuánto aprovecha el cuerpo humano los alimentos que consume y cómo los
convierte en nutrientes para ser asimilados
por el organismo. Sus principales determinantes son: el medio ambiente,
el estado de salud de las personas, los entornos y estilos de vida, la situación nutricional de
la población, la disponibilidad, la
calidad y el acceso a los servicios de salud, agua potable, saneamiento básico
y fuentes de energía.
e. Calidad e
inocuidad de los alimentos: se refiere al conjunto de características de los
alimentos que garantizan que sean aptos
para el consumo humano, que exigen el cumplimiento de una serie de
condiciones y medidas necesarias durante la cadena agroalimentaria hasta el
consumo y el aprovechamiento de los mismos, asegurando que una vez ingeridos no
representen un riesgo (biológico, físico o químico) que menoscabe la salud.
No se puede
prescindir de la inocuidad de un alimento al examinar la calidad, dado que la
inocuidad es un atributo de la calidad.
Sus determinantes básicos son: la normatividad (elaboración, promoción,
aplicación, seguimiento); la inspección, vigilancia y control; los riesgos
biológicos, físicos y químicos, y la manipulación, conservación y preparación
de los alimentos”.
Bibliografía.
1.
Colombia. Departamento Nacional de
Planeación. Política Nacional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional:
Documento Conpes Social 113. Bogotá: Consejo Nacional de Política Económica
Social; 2007. [citado enero de 2013].
Disponible en: http://www.dnp.gov.co
2. Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El Estado
de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2005.
La erradicación del hambre en el mundo: la clave para la consecución de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Roma: FAO; 2005. [citado enero de 2013].
Disponible en: ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/008/a0200s/a0200s.pdf
3. Organización
de las Naciones Unidas (ONU). Resolución 63/187 El derecho a la alimentación.
Nueva York [citado enero de 2013]. Disponible en: http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/63/187&Lang=S
4. Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Sitio WEB: Estadísticas del hambre. Roma. [citado enero de 2013]. Disponible
en: http://www.fao.org/hunger/hunger-home/es/
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